Kisetsu, las cuatro estaciones en Japón
- EstateKome
- 8 mar 2017
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Existe una relación entre la gastronomía japonesa y las cuatro estaciones o sus distintas festividades. Cada celebración especial va de la mano del tiempo del año, y es por ello que como mínimo habrá una comida por cada acontecimiento.
A pesar de la industrialización y modernización sufrida desde el comienzo del periodo de Meiji, la vida japonesa sigue estando íntimamente ligada a las cuatro estaciones del año, como demuestran multitud de festivales, celebraciones anuales, productos y artículos varios y hasta comidas y alimentos que giran alrededor de la estacionalidad, que realmente organizan la vida de los japoneses.
Japón es un país agrícola y tradicionalmente las cuatro estaciones han tenido, y siguen teniendo, una gran influencia en el estilo de vida de los japoneses. En la actualidad muchos japoneses ya no viven del campo y por lo tanto no necesitan comprender los cambios estacionales.

Las cuatro estaciones del año siguen muy presentes en la vida diaria del japonés contemporáneo, probablemente porque le permiten mantener esa conexión con su historia, con su pasado, con su cultura.

Si bien es cierto que las cuatro estaciones no existen exclusivamente en Japón, la verdad es que ningún otro país las disfruta y diferencia tanto, más allá del clima, como ocurre en Japón. En el país nipón son muchas cosas las que nos indican que estamos en una estación u otra, algo que salta a la vista sobre todo con las festividades y la gastronomía asociada, con los colores, sabores, aromas y fiestas diferentes.
Los dulces tradicionales o wagashi de la ceremonia del té son un buen ejemplo de la importancia de las
cuatro estaciones del año. Con tan sólo mirarlos, uno puede ver la relación con la naturaleza y, por lo tanto, con la estacionalidad. Por ejemplo, con el fin del verano se popularizan los wagashi de castaña, fruto típico del otoño y que apenas se sirve fuera de temporada. Así, un wagashi de castaña refuerza la idea de que es otoño, así como un wagashi con forma de flor de cerezo nos anuncia que estamos en primavera por el desborde de color, característico del cerezo.
En la espiritualidad japonesa predomina un calendario de alimentos de temporada puesto que consideran que la naturaleza, como madre, proporciona en cada momento del año, aquellos alimentos que las personas necesitamos y esto supone una garantía de que el alimento se encuentra en su mejor momento.
Actualmente, nos encontramos en un mundo globalizado donde prácticamente encontramos todos los productos a lo largo de todo el año, suponiendo un elevado coste y una calidad, en ocasiones, reducida o mala. Esto ha provocado que los productos sean modificados genéticamente, no siendo conscientes del impacto negativo que esto provoca tanto a nivel medioambiental como de riesgo para la salud. Por ello una vuelta a los orígenes, a la gastronmía tradicional, puede evitar estos desajustes contemporaneos.
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