Valores del Verano en España y Japón
La primavera desaparece con la llegada de las lluvias, un periodo que los japoneses consideran casi una estación aparte, una estación entre estaciones. Con el tsuyu, o estación lluviosa, los colores y sabores de la primavera van desapareciendo y van dando paso al verano, que es, en el país nipón, la época más calurosa y húmeda, de manera que las actividades nocturnas y al aire libre son las más disfrutadas y deseadas por todos.
Por eso, el valor patrimonial que se desprende en esta época del año el relacionado con las festividades y tradiciones populares, donde la gastronomía siempre ha estado muy presente. El verano es una época donde los trabajos en el campo se reducían por las duras condiciones climatológicas del país y, por tanto, se aprovechaba para el aumento de las celebraciones festivas, los Matsuri, donde cada comunidad tenía el suyo propio. Una época que servía para la distensión, propia de la época del verano, donde la vida sufre una especie de “alto en el camino” y es cuando aumentan los momentos de diversión. Y no podemos olvidar que relacionados con toda esta serie de fiestas siempre ha habido una gastronomía asociada a ella y propia de estos momentos, que es la que nosotros queremos resaltar.
Lo mismo sucede con el verano en España, una época que, por lo general, se alcanzan altas temperaturas y donde, al igual que en Japón, el ritmo de la vida de los ciudadanos parece tomarse un respiro con respecto al del invierno, consecuencia directa del clima, que hace que los momentos de ocio aumenten y sea otro el talante a la hora de afrontar el día el día. En numerosísimas poblaciones se celebran romerías, fiestas y festivales, que hacen del verano una época festiva por antonomasia donde, al igual que ocurre en el país nipón, la gastronomía tiene una presencia notable, puesto que desempeña un papel esencial de factor de cohesión social en los espacios culturales, festejos y celebraciones, al agrupar a gentes de todas las edades, condiciones y clases sociales.
